Especialista:
Dr. Jose Manuel Vilches

Área dañada:
Rodilla

Rotura de ligamento cruzado

rotura de ligamento cruzado

El ligamento cruzado anterior (LCA) y el ligamento cruzado posterior (LCP) se entrecruzan en la rodilla formando una «X», lo que les da su nombre. Es común que la rotura del LCA se produzca junto con otras lesiones, como la del ligamento colateral medial o el menisco medial. Este tipo de lesiones son más frecuentes en futbolistas y esquiadores que en otros deportistas.

Cuando se sospecha una rotura del LCA, el especialista puede confirmar el diagnóstico mediante una resonancia magnética. La evaluación radiodiagnóstica siempre se complementa con la exploración física, ambas son necesarias y complementarias. Este examen también puede ayudar a evaluar otras lesiones de la rodilla, como lesiones en otros ligamentos, cartílagos o meniscos.

Aunque algunas personas son capaces de vivir y desenvolverse con normalidad con una rotura del LCA, la mayoría se queja de que su rodilla es inestable y puede «fallar» con algunos movimientos y en deportes. Si el LCA roto no se repara mediante cirugía, puede provocar un desgaste prematuro de los cartílagos de la rodilla, lo que puede ocasionar artrosis precoz de la rodilla.

Las lesiones de LCA suelen ocurrir con o sin golpes, con giros bruscos de la rodilla o paradas rápidas o cambios de dirección en velocidad, entre otras situaciones.

En nuestro equipo médico, con amplia experiencia en diversas técnicas para la reparación del LCA, utilizamos los tendones del propio paciente (en cada caso se elige el tejido a utilizar en función de las necesidades de cada caso) para reconstruir un nuevo ligamento.

La cirugía se realiza mediante artroscopia de rodilla, un procedimiento en el que se inserta una cámara dentro de la rodilla a través de una pequeña incisión. La cámara va conectada a un monitor de video en el quirófano, y el cirujano la utiliza para revisar los ligamentos y otros tejidos de la rodilla. Mediante otra pequeña incisión en la rodilla, el cirujano introduce el instrumental con el que reparará la lesión, retirando el ligamento roto, construyendo un nuevo ligamento con los tejidos elegidos para ello y realizando túneles en el hueso por los que hará pasar el nuevo ligamento. Una vez realizados estos pasos, el nuevo ligamento se anclará al hueso con tornillos u otros dispositivos para asegurar su fijación.

El tratamiento de fisioterapia se inicia a los 4-5 días de la cirugía, coincidiendo con las primeras curas que se realizan y una vez comprobado que todo evoluciona favorablemente.
En el caso de una lesión aislada del ligamento cruzado posterior, a diferencia del LCA, el tratamiento inicial es no quirúrgico. Si solo se ha lesionado el LCP, la lesión puede sanar bastante bien sin cirugía y se puede volver a la práctica deportiva previa.