Lesiones de menisco
El menisco es un importante componente del cartílago situado en el interior de la articulación de la rodilla, específicamente entre el fémur y la tibia, con una forma semilunar o en «C». La rodilla humana cuenta con dos meniscos, uno situado en el lado externo y otro en el lado interno o medial.
La función principal del menisco es amortiguar la articulación entre el fémur y la tibia, al mismo tiempo que aumenta su congruencia, dado que la forma tibial no corresponde exactamente con la femoral.
Los meniscos suelen sufrir roturas cuando la rodilla experimenta una torsión. También pueden presentarse roturas degenerativas, que son más comunes en personas de mayor edad cuando el tejido meniscal se ha degenerado y se vuelve menos resistente. Entre los síntomas más habituales de una rotura de menisco, se encuentra el dolor intenso en la interlínea articular (el área en la que se encuentra el menisco). A menudo, este dolor se acompaña de inflamación de la rodilla en las horas posteriores. En algunas ocasiones, cuando un fragmento roto queda atrapado en el mecanismo de bisagra de la rodilla, esta puede bloquearse, lo que se traduce en una incapacidad para extender la pierna.
Para determinar el diagnóstico y tratamiento de la rotura de menisco, se realizará una exploración física y una valoración mediante RNM.
El tratamiento inicial se enfocará en la disminución del dolor y la inflamación a través de medidas como la elevación de la pierna afectada o la aplicación de crioterapia. En cuanto a la reparación de las roturas de menisco, esta se lleva a cabo mediante artroscopia, ya sea suturando el menisco o retirando el fragmento roto. Ambas técnicas quirúrgicas se realizan mediante artroscopia.
